lunes, 24 de noviembre de 2008

Yo confieso; 2a Parte.



He de confesar en este día hermoso, que soy un poco de cada grupo, de cada religión, que soy el aquí y vivo en el ahora. Que mi alma me exige exageradamente ser bondadoso; ya que creo es mi estado de sanación espiritual y personal. He de confesar que en cada búsqueda existe una verdad; mi verdad está en todas partes, y está en mí hoy, en este hoy único. Yo confieso y acepto la iluminación de Buda, la oración sagrada de Mahoma, los escritos de Zaratustra y las enseñanzas de Jesucristo. Vivo con ésta unión, este mágico lazo que me hace respirar con los dos pulmones espirituales de la vida (el oriente y occidente). He de confesar que amo ser libre entre todas estas enseñanzas, templos y lugares de meditación, porque en todas ellas existe el contacto directo con Dios. He de confesar que amo la mayoría de las historias de la creación, especialmente la del Popol Vuh, y ese relato Hindú de maya y Brahma. Una nos cuenta cuando todo era silencio, la existencia de la nada, la otra la conciencia de Dios en el hombre dividida en pequeños trozos. Creo en Jesús, el hombre que fue convertido en el más grande del mundo, y el más humilde de todos, al mismo tiempo era Dios en carne y hueso. He de confesar que me conmueve la filosofía del Tao Te King; en el como el Hombre se empeña a perseguir la riqueza, la fama y vanagloria, en vez de la humildad, el silencio y la serenidad del espíritu, asi mismo el desapego Budista, la separación de los deseos y el alejamiento del sufrimiento. Yo confieso, que quise de niño ser fraile cuando leí a San francisco de Asís, un hombre dotado de una increíble calidad humana y espiritual, con una simpleza y humildad, y con la mas hermosa escritura. Pero he de confesar, mi amor tan inmenso hacia una ex-monja, ahora psicóloga, escritora y terriblemente bondadosa que llenó mi corazón de latentes sonidos y mucha belleza espiritual, y as u vez una paz que respiro a su lado. He de confesar, mi amor a Europa, Asia, África y Oceanía, mi retiro temporal de mi bien amado México y la ausencia de mis ancestros, en especial por que son parte de mis filosofías favoritas; como los Mayas, los Aztecas y los Toltecas. Yo confieso que soy un buscador de la vida sonriente, la vida agradecida, la de los momentos felices, con su autentica felicidad plasmada en nuestros rostros. Esto a pesar de los esfuerzos, de los tropiezos, y de los resultados que existan. Amo cada reflexión, cada instante que me detengo, para después avanzar, porque Dios es grande y el me enseña mi camino.

Copyright.2008 Frägmento.

Damian Chukuruquai Chumian Zelaznog.

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