viernes, 27 de marzo de 2009

El verdadero amor:

El verdadero amor no tiene palabras, no consiste en algo físico, no es ni cercano a una prosa, a un verso, es aquello que no se discute en el interior, que rara vez tenemos una explicación. El verdadero amor es todo lo que es libre, y nunca lo contrario. Muchos creen que el amor es el deseo, te ven como un cuerpo, cuando el cuerpo con los años engorda, envejece, se enferma y se transforma. El verdadero amor esta en el alma, que crece, silencia, elabora, y crea. Vuela e imagina. Es capaz de motivar a cualquier enfermo en su lecho de muerte, es capaz de reavivar al más duro caparazón de un corazón frio y muerto. El alma y el verdadero amor saben olvidar y saben vivir. El verdadero amor es aquello de lo que no hay palabras y no se habla mucho, aun cuando se puede decir demasiado con un simple soplo de su amor en nuestro cabello. El verdadero amor esta en la presencia, en la no física y terrenal, consiste en el desprendimiento de los apegos, en la creencia en la que se pierde la libertad, en lo que nos convertimos al doblegar al amor. Cuando el verdadero amor no se doblega, no se vende, no se multiplica, ni se dobla, ni se adorna con regalos bellos, el verdadero amor es aquello explicado cuando alguien te atiende en tu enfermedad, cuando alguien te busca para desearte un buen día, cuando la presencia se hace presente en el día, y en la noche. Simple presencia, sin aferro, sin despojo sin queja. El verdadero amor jamás es despojado, ni hundido, ni alborotado, ni truncado por nadie. El verdadero amor consiste en una tarea interior, en un ejercicio constante con Dios, y con el espíritu que reside en nosotros. Se explica en el silencio en que las noches hablan, se explica cuando no hablamos, cuando solo somos presencia, cuando hay presencia en el interior, cuando hay olvido en el apego, cuando no nos aferramos, el verdadero amor esta en la libertad. El verdadero amor Es.

del Libro Lo que las palabras curan Copyrights 2008.

Chukuruquai Damian.

FOTOMONTAJES Marzo 2009